Los microplásticos son pequeños fragmentos de material plástico, generalmente definidos como más pequeños de lo que se puede ver a simple vista. Nuestra mayor dependencia de los plásticos para innumerables aplicaciones tiene consecuencias negativas para el medio ambiente. Por ejemplo, el proceso de fabricación de plástico está asociado con la contaminación del aire, y los compuestos orgánicos volátiles liberados durante la vida del plástico tienen efectos nocivos para la salud humana. Los desechos plásticos ocupan un espacio significativo en los vertederos. Sin embargo, los microplásticos en el medio acuático han sido una preocupación emergente en la conciencia pública..
Como su nombre lo indica, los microplásticos son muy pequeños, generalmente demasiado pequeños para verlos, aunque algunos científicos incluyen piezas de hasta 5 mm de diámetro (aproximadamente un quinto de pulgada). Son de varios tipos, incluido el polietileno (por ejemplo, bolsas de plástico, botellas), poliestireno (por ejemplo, recipientes para alimentos), nylon o PVC. Estos elementos plásticos se degradan por el calor, la luz ultravioleta, la oxidación, la acción mecánica y la biodegradación por organismos vivos como las bacterias. Estos procesos producen partículas cada vez más pequeñas que eventualmente pueden clasificarse como microplásticos..
Parece que el ambiente de la playa, con su abundante luz solar y temperaturas muy altas a nivel del suelo, es donde los procesos de degradación operan más rápido. En la superficie de arena caliente, la basura de plástico se desvanece, se vuelve frágil, luego se agrieta y se rompe. Las mareas altas y el viento recogen las diminutas partículas de plástico y eventualmente las agregan a los grandes parches de basura que se encuentran en los océanos. Dado que la contaminación de las playas es uno de los principales contribuyentes de la contaminación por microplásticos, los esfuerzos de limpieza de las playas son mucho más que ejercicios estéticos..
Una fuente más reciente de basura en los océanos son las pequeñas esferas de polietileno, o microperlas, que se encuentran cada vez más en muchos productos de consumo. Estos microplásticos no provienen de la descomposición de piezas de plástico más grandes, sino que son aditivos diseñados para cosméticos y productos de cuidado personal. Se usan con mayor frecuencia en productos para el cuidado de la piel y pasta de dientes y en los desagües, pasan a través de plantas de tratamiento de agua y terminan en agua dulce y ambientes marinos. Existe una mayor presión para que los países y estados regulen el uso de microperlas, y muchas grandes compañías de productos de cuidado personal se han comprometido a buscar otras alternativas..