Squamates (Squamata) son los más diversos de todos los grupos de reptiles, con aproximadamente 7400 especies vivas. Squamates incluyen lagartos, serpientes y lagartijas.
Hay dos características que unen a los escuamatos. El primero es que mudan su piel periódicamente. Algunos escuamatos, como las serpientes, mudan su piel de una pieza. Otros escuamatos, como muchos lagartos, mudan su piel en parches. En contraste, los reptiles que no son escamatos regeneran sus escamas por otros medios, por ejemplo, los cocodrilos arrojan una sola escala a la vez, mientras que las tortugas no arrojan las escamas que cubren su caparazón y en su lugar agregan nuevas capas desde abajo.
La segunda característica compartida por los escuamatos es sus cráneos y mandíbulas articulados, que son fuertes y flexibles. La extraordinaria movilidad de la mandíbula de los escuamatos les permite abrir mucho la boca y, al hacerlo, consumir grandes presas. Además, la fuerza de su cráneo y mandíbulas proporciona a los escuamatos un poderoso agarre de mordida.
Los escuamatos aparecieron por primera vez en el registro fósil a mediados del Jurásico y probablemente existieron antes de esa fecha. El registro fósil de los escuamatos es bastante escaso. Los escuamatos modernos surgieron hace unos 160 millones de años, durante el Jurásico tardío. Los primeros fósiles de lagarto tienen entre 185 y 165 millones de años..
Los parientes vivos más cercanos de los escuamatos son los tuatara, seguidos de los cocodrilos y las aves. De todos los reptiles vivos, las tortugas son los parientes más distantes de los escuamatos. Al igual que los cocodrilos, los escuamatos son diapsidas, un grupo de reptiles que poseen dos agujeros (o fenestra temporal) a cada lado de su cráneo..
Las características clave de los escuamatos incluyen:
Los cuadrados se clasifican dentro de la siguiente jerarquía taxonómica:
Animales> Cordados> Vertebrados> Tetrápodos> Reptiles> Squamates
Los cuadrados se dividen en los siguientes grupos taxonómicos: