De aprobarse la reforma migratoria que propone el presidente Donald Trump, se modificaría radicalmente la situación legal de un grupo de migrantes indocumentados, se eliminarían y alterarían algunos de los caminos más comunes para sacar la tarjeta de residencia, y se reduciría drásticamente el número total de migrantes legales que se admiten anualmente en Estados Unidos.
En este artículo se explican problemas son esas propuestas, a quiénes afectan y cómo es el proceso legislativo estadounidense necesario para que se aprueben y se conviertan en ley.
Los Dreamers son los inmigrantes indocumentados que llegaron a los Estados Unidos siendo niños. Cualquier tipo de reforma migratoria que se intente llevar a cabo un cabo, pasa por la necesidad de encontrar una salida legal a la situación de estos muchachos.
Barack Obama, el anterior presidente, protegió a 700.000 de ellos de la deportación y les obtuvo un permiso de trabajo cuando, mediante una acción ejecutiva en 2012, creó el programa de Acción Diferida, conocido en inglés por las iniciales de DACA.
Sin embargo, en septiembre de 2017 y mediante otra orden ejecutiva, el presidente Trump puso fin a ese programa de forma escalonada y prohibió presentar nuevas solicitudes. En la actualidad, por decisión judicial el gobierno está obligado a seguir procesando solicitudes de renovación, a la espera de una corte dictada sobre la legalidad de la acción ejecutiva que puso fin a DACA.
De aprobarse la propuesta de reforma migratoria, se abriría un camino para estos muchachos hacia la ciudadanía estadounidense, previa obtención de la residencia permanente, también conocida como tarjeta verde, en un proceso que podría demorarse entre 10 y 12 años.
Se estima que esta propuesta beneficiaria un total de 1,8 millones de jóvenes, es decir, los 700,000 de DACA y 1,1 millón más de personas que podrían calificar. Para ellos supondría pasar de un estatus migratorio de indocumentado a uno legal.
Una de las iniciativas más políticas de Trump es la de poner fin a ciertas categorías de solicitud de la tarjeta de residencia permanente para familiares.
Se eliminarían, en primer lugar, las solicitudes que, según la ley actual, pueden realizar los ciudadanos americanos en favor de sus padres, hermanos, hijos casados de cualquier edad e hijos solteros mayores de 21 años. Es decir, los ciudadanos solo pueden pedir la tarjeta verde para sus cónyuges y para sus hijos solteros identificados como niños (niño, en inglés según la terminología de las leyes migratorias).
En la actualidad, para la ley migratoria que rige este tipo de solicitudes, es considerado como niño toda persona soltera menor de 21 años de edad. Algunas propuestas de reforma migratoria consideradas rebajar a 18 años la consideración de niño.
En segundo lugar, según esta propuesta de reforma migratoria, también se eliminarían las solicitudes de papeles efectuadas por residentes permanentes en favor de sus hijos solteros mayores de 21 años, de tal manera que los residentes permanentes solo podrían pedir la tarjeta verde para sus cónyuges y para sus hijos solteros menores de 21 años. También en estos casos se considera rebajar la edad a los 18 años, en vez de los 21, que es la edad que aplica en la actualidad.
Para justificar esta medida de poner fin a ciertas categorías de migración por reunificación familiar, Trump argumenta que, en realidad, es una forma de migración en cadena.
Por ejemplo, un ciudadano puede pedir a un hermano y puede incluir en la misma solicitud a la esposa de este y a los hijos solteros menores de 21 años. Con el paso del tiempo, esas personas podrían obtener la tarjeta verde y, posteriormente, la ciudadanía americana por naturalización. A partir de ese momento, podemos realizar sus propias peticiones.
Por ejemplo, la cuñada del ciudadano que realizó la primera petición podría pedir a sus padres, hijos mayores de 21 años o hermanos. Así, esas personas emigraron a Estados Unidos meramente por razón de sus lazos familiares, pero sin tener en qué pensar qué pueden contribuir al país.
Si se aprueba una reforma migratoria eliminando las categorías de solicitudes de familiares, se reduciría automáticamente en 400.000 personas el número de inmigrantes que legalmente requieren la tarjeta verde en Estados Unidos por año fiscal.
En este caso, los perjudicados detectan los 3,9 millones de personas que llevan años, y en algunos casos, esperan una visa de inmigrante disponible en su categoría, como se puede verificar en el boletín de visas que publica y actualización cada mes Departamento de Estado.
Entre las personas que más tiempo llevan esperando están los hermanos y los hijos casados de ciudadanos americanos de México. Entre los perjudicados también estarían los ciudadanos y los residentes que tienen la petición de papeles en favor de un familiar en una categoría que se eliminaría.
Todos los años fiscales, se celebra un sorteo gratuito de tarjetas de residencia permanente que se conoce como lotería de visas de la diversidad y que tiene por objeto facilitar la migración derivada de países con niveles no altos de migración actual hacia Estados Unidos. Por esta razón, están excluidos de participar los nacidos en países con altas tasas de migración, como México, República Dominicana o Colombia, por ejemplo.
En la actualidad, la lotería de visas favorece principalmente a los africanos. Entre los países de habla española, los venezolanos son los que están ganando por este sistema más tarjetas de residencia.
De eliminarse este programa de la lotería de visas, los perjudicados detectan las 50,000 personas que anualmente han detectado la tarjeta de residencia por medio de este sorteo.
La construcción del muro, una de las promesas electorales de Trump, tendrá un costo de 25 mil millones de dólares.
La Casa Blanca pone como requisito para apoyar cualquier medida de regularización migratoria para los Soñadores que el Senado y la Cámara de Representantes aprueben el presupuesto para la construcción del muro y que se incremente la partida de dinero destinada a los laboratorios de control en las zonas fronterizas que lleva acabo la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y el ICE, la agencia encargada de ejecutar las leyes migratorias.
La construcción del muro tiene una fuerte oposición en Estados Unidos, ya que un buen número de legisladores representados es muy caro, que la frontera entre los países ya está casi en su completa separada por una valla y, finalmente, que no sirve realmente para detener completamente la detención indocumentada. Esto porque se estima que más de la mitad de todos los migrantes indocumentados presentes en Estados Unidos ingresó legalmente con una visa y, simplemente, perdió su estatus al no salir del país dentro de plazo.
En este caso, argumenta que la única solución para terminar con la migración indocumentada sería imposible que pudiese trabajar mediante la imposición obligatoria en todas las empresas del sistema e-verificar para verificar el estatus migratorio de todos los empleados y acompañarla de altas multas a las empresas que den trabajo a inmigrantes sin los documentos en regla.
De construirse el muro, los grandes perjudicados detectados los contribuyentes estadounidenses, ya que el dinero no lo pondría México, como se había anunciado en el fragmento de la campaña presidencial del 2016.
En el caso de una eventual nueva ley migratoria, el presidente Trump favorecerá modificar las categorías que regularán la migración por trabajo estableciendo un sistema de puntos, similar al que existe en Australia y en Canadá.
De crearse ese sistema, cada candidato a emigrar recibirá una serie de puntos en función de sus características personales, por ejemplo, educación, edad, experiencia laboral y conocimientos de inglés. Cuanto mayor fuera de su puntaje, mayores posibilidades las posibilidades de obtener una tarjeta verde.
Se calcula que en Estados Unidos hay unos 11 millones de inmigrantes sin papeles. Las propuestas de reforma solamente contemplan la regularización de los jóvenes conocidos como Soñadores, lo que dejaría sin legalización a aproximadamente nueve millones de migrantes.
Todavía no se ha articulado una propuesta sobre qué pasaría con ellos, aunque se estima que no resultaría factible deportarlos a pesar de las dificultades que fácilmente se dicen.
La reforma migratoria es competencia federal y para que se apruebe una ley es necesaria la mayoría simple en la Cámara de Representantes (218 de 435) y la mayoría simple en el Senado (51 de 100). Una vez que una ley es aprobada por las cámaras es necesario que la firme el presidente.
Sin embargo, en el Senado hay un recurso de obstrucción legislativa, que se conoce en inglés como filibustero y permite que uno o varios senadores impidan que una propuesta de ley se vote mediante el uso continuo de la palabra. El filibustero solo puede detectar cuando no hay más senadores configurados para hablar o cuando así lo decidan 3/5 del total de senadores (60 senadores).
Esto tiene importantes consecuencias prácticas dadas la composición actual del Senado, donde 52 senadores son republicanos, es decir, del mismo partido que el presidente.
Para levantar un posible el filibustero que impida votar en la Cámara Alta una propuesta de ley de reforma migratoria del Presidente Trump, los republicanos necesitan al menos ocho votos de senadores demócratas, lo que significa en la práctica que para aprobar esa ley es imprescindible un acuerdo entre los partidos republicanos y demócrata.
Mientras Trump intenta aprobar una reforma migratoria, es recomendable que los migrantes indocumentados en Estados Unidos se asesoren con abogados u organizaciones con excelente reputación sobre las posibilidades reales para regularizar su situación, si es que existe alguna.
Este es un artículo informativo informativo. No es asesoría legal.