Durante las últimas décadas, los paleontólogos han estado especulando acerca de si los grandes tiranosaurios como Tyrannosaurus Rex y Albertosaurus lucían plumas, si no como adultos, tal vez en algún momento durante su cría, juventud o adolescencia. Ahora, el reciente descubrimiento en China del tiranosaurio emplumado más grande que se haya identificado, Yutyrannus, seguramente reavivará el debate sobre si T. Rex y sus personajes eran verdes, escamosos y reptiles (como generalmente se representan en las películas) o suaves y suave, como patos gigantes.
El primer Yutyrannus cretáceo, que pesaba cerca de una o dos toneladas, no es el primer tiranosaurio emplumado jamás identificado; ese honor pertenece al mucho más pequeño Dilong, un contemporáneo Yutyrannus de 25 libras que era solo del tamaño de un pavo grande. También es importante tener en cuenta que tenemos una gran cantidad de evidencia fósil de terópodos emplumados (dinosaurios que comen carne) que no resultan ser tiranosaurios, algunos de los cuales alcanzaron tamaños igualmente respetables, si no del todo en la clase de peso de Yutyrannus. (Un contendiente sería el Gigantoraptor verdaderamente enorme y apropiadamente nombrado).
La pregunta importante que ahora enfrentan los paleontólogos es, ¿por qué los tiranosaurios como Yutyrannus desarrollaron plumas en primer lugar? El vuelo estaba fuera de la cuestión para un terópodo de 2,000 libras, por lo que la explicación más probable implica alguna combinación de selección sexual (quizás los machos Yutyrannus con plumas brillantes eran más atractivos para las hembras) y el aislamiento (las plumas, como el cabello, ayudan a regular el metabolismo de vertebrados de sangre caliente, que los terópodos casi seguramente eran).