Si vives en un lugar que tiene un invierno frío, debes mantener los cables de puente en tu auto porque hay muchas posibilidades de que tú o alguien que conozcas tenga una batería descargada. Si usa su teléfono o cámara en un clima realmente frío, la duración de la batería también se reduce. ¿Por qué las baterías se descargan más rápido en climas fríos??
La corriente eléctrica generada por una batería se produce cuando se realiza una conexión entre sus terminales positivo y negativo. Cuando los terminales están conectados, se inicia una reacción química que genera electrones para suministrar la corriente de la batería. Bajar la temperatura ambiente hace que las reacciones químicas se desarrollen más lentamente, por lo que una batería usada a baja temperatura produce menos corriente que a una temperatura más alta. A medida que las baterías frías se agotan, alcanzan rápidamente el punto donde no pueden suministrar suficiente corriente para mantenerse al día con la demanda. Si la batería se calienta nuevamente, funcionará normalmente.
Una solución a este problema es hacer que ciertas baterías estén calientes justo antes de su uso. El precalentamiento de las baterías no es inusual en ciertas situaciones. Las baterías automotrices están protegidas de alguna manera si un vehículo está en un garaje, aunque pueden necesitarse cargadores de carga lenta (también conocidos como mantenedores de baterías) si la temperatura es muy baja. Si la batería ya está caliente y aislada, puede tener sentido usar la energía de la batería para operar una bobina de calentamiento. Mantenga baterías más pequeñas en un bolsillo.
Es razonable tener baterías calientes para su uso, pero la curva de descarga para la mayoría de las baterías depende más del diseño y la química de la batería que de la temperatura. Esto significa que si la corriente consumida por el equipo es baja en relación con la potencia nominal de la celda, entonces el efecto de la temperatura puede ser insignificante.
Por otro lado, cuando una batería no está en uso, perderá lentamente su carga como resultado de una fuga entre los terminales. Esta reacción química también depende de la temperatura, por lo que las baterías no utilizadas perderán su carga más lentamente a temperaturas más frías que a temperaturas más cálidas. Por ejemplo, ciertas baterías recargables pueden agotarse en aproximadamente dos semanas a temperatura ambiente normal pero pueden durar más del doble si se refrigeran.