Enseñar a adultos es muy diferente a enseñar a niños. Si es nuevo en la enseñanza de adultos, es de esperar que haya recibido capacitación en esta área, pero si no, tome medidas para prepararse. Comience con habilidades y principios cruciales para maestros de adultos.
Establecer las normas del aula es uno de los mejores métodos de gestión del aula. Cuelgue un rotafolio o póster, o dedique una sección de la pizarra, si tiene espacio, y enumere los comportamientos esperados en el aula para que todos los vean. Consulte esta lista cuando ocurran interrupciones. Usar un rotafolio o una pizarra puede ser especialmente útil porque puede involucrar a los estudiantes en la construcción de la lista el primer día. Comience con algunas de sus propias expectativas y solicite al grupo sugerencias adicionales. Cuando todos están de acuerdo en cómo desea que se gestione el aula, las interrupciones son mínimas.
Siempre es una buena idea abordar preguntas de cualquier tipo cuando ocurren porque la curiosidad proporciona momentos de enseñanza fabulosos, pero a veces simplemente no es apropiado salirse del camino. Muchos maestros usan un rotafolio o pizarra como lugar de espera para tales preguntas para asegurarse de que no se olviden. Llame a su lugar de espera algo apropiado para su tema. Ser creativo. Cuando una pregunta retenida finalmente sea respondida, márquela de la lista.
A menos que tenga un estudiante completamente desagradable en su clase, es muy probable que las interrupciones, cuando ocurran, sean bastante leves y requieran técnicas de manejo leves. Estos incluyen interrupciones como chatear en el fondo de la sala, enviar mensajes de texto o alguien que es discutidor o irrespetuoso.
Pruebe una o más de las siguientes tácticas:
Para problemas más serios, o si la interrupción persiste, confíe en estos pasos para la resolución de conflictos:
Por lo general, no es profesional compartir frustraciones sobre estudiantes individuales con otros maestros que puedan verse influenciados hacia esa persona en el futuro. Esto no significa que no pueda consultar con otros, pero debe elegir cuidadosamente a sus confidentes.