Las palabras cuyo y quien es son homófonos Aunque suenan igual y ambos están relacionados con el pronombre quien, tienen diferentes funciones.
Definiciones
Cuyo es la forma posesiva del pronombre quien (como en "Cuyo libros son estos? ").
Quien es es la contracción de quien es (como en "Quien es ¿viniendo conmigo?").
Ejemplos
¿A quién le toca conducir? Quien maneja mañana?
"Cuando un hombre te dice que se hizo rico a través del trabajo duro, pregúntale: '¿De quién?" (Don marqués)
"Un desfile es un espectáculo extraordinario cuyo objetivo es exhibirse". (Margaret Visser, Tal como somos. HarperCollins, 1994)
"El enemigo es cualquiera que vaya a hacerte matar, sin importar de qué lado esté". (Joseph Heller)
Notas de uso
"Este es bastante difícil de perdonar, ya que es muy fácil de verificar: simplemente reemplace cuyo o quien es por la versión completa, es decir, 'quién es'. Si esto tiene sentido en el contexto, puede usar quien es si lo desea. Si no tiene sentido, entonces la ortografía correcta es cuyo." (Philip Gooden, Quién es quién: una guía sin sentido para palabras fácilmente confundidas. Walker & Company, 2004)
"Contrariamente a ciertas opiniones, no hay ninguna dificultad en usar cuyo con referencia a las cosas. Es perfectamente normal en inglés estándar escribir oraciones como las siguientes: El avión, cuyo piloto había expulsado con seguridad, se estrelló en el bosque.... Por supuesto, siempre debes considerar si la alternativa de los cuales podría darte un resultado más elegante ". (R.L. Trask, Mind the Gaffe! Harper, 2006)
Práctica
(a) _____ el auto fue dañado? (b) _____ va a pagar las reparaciones? (c) "Fen la miró con algo del orgullo triunfante y sentimental del dueño de un perro _____ la mascota ha logrado equilibrar una galleta en su nariz". (Edmund Crispin, El caso de la mosca dorada, 1944)
Respuestas
(a) Cuyo automóvil fue dañado? (b) ¿Quién va a pagar las reparaciones?? (c) "Fen la miró con algo del orgullo triunfante y sentimental del dueño de un perro cuya mascota ha logrado equilibrar una galleta en su nariz". (Edmund Crispin, El caso de la mosca dorada, 1944)